Desde dentro del
árbol se agitan,
las hojas, caen como
lágrimas rotas,
el viento, latiga
las ramas que gritan,
por dolorosas
pisotadas de duras botas.
Muere la vida, crece
la inocencia,
no se confía, no
dudes, ya hay una creencia,
tronco muerto
sediento de sangre lamida,
huellas de recuerdos
en viajes de ida.
Brilla la bombilla
que deslumbra,
se ciega el lobo,
desde la penumbra,
de espaldas camina,
es como caer,
si, vivir e imaginar
es un placer.
Tronco que se atasca
con alguna lectura,
nada más, nada
nuevo, adiós apertura,
libre como las rosas
en primavera,
esclava como la
nieve, ahí, ahí fuera.
Lo nuevo es la
lluvia que alimenta la sed,
tras años de
sequía, venid a bebed…
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