Canciones perdidas
hacen brillar las pisadas,
de una mañana conocida,
hola, ¿a quién? a nada.
No se puede estar
no se puede gritar,
con o sin una bandera,
siendo otro más, otro cualquiera.
Vibra la montaña,
¿para que? si la vida se ensaña,
pues en el cauce de la derrota
se gana un adiós a la Jota.
Letras sordas
quedaron mudas,
poesías crudas
para orejas gordas.
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