miércoles, 23 de septiembre de 2015

Las palabras se las lleva el viento

Cuando llueve es gracias al baile del oso, 
cuando no es porque soplamos demasiado a las nubes, 
si nieva es que cagamos demasiado helado, 
la cuestión es que llueve y se festeja, 
nunca al mismo tiempo, 
para disimular para olvidar la queja. 

No hay certeza, 
no es una moraleja, 
es más que cerveza; 

el viento sopla y se lo lleva, 
no es la ameba, 
es su evolutiva riqueza; 
y atención, 
viene de nuestro trabajo, 
de nuestra pobreza. 

Y esto como la falsa baraja de cartas, 
las trampas son que las palabras se las lleva el viento, 
si te vi no me acuerdo, se acabó el cuento.

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