Manejando grúas y pulsando botones,
supervisando piezas fabricadas a montones,
Casi sin pensar limpiando todo alrededor,
día tras día, experimentando nuevos trabajos,
máquinas y monstruos metálicos nos imponen,
marcan nuestro ritmo, ni una tarea nos proponen,
producción incesante, aprendemos a hacer atajos.
Jornadas duras, por los tiempos y esfuerzos,
sudores con líquidos por todos nuestros cuerpos,
riesgos en perder nuestros pescuezos,
acostumbrados a latir lento antes de caer muertos.
Cansados de trabajar por unas pocas migajas,
sin orgullo en empaquetar miles de cajas,
con el fin de enriquecer al propietario,
que bien sabemos que nos dan poco salario.
lágrimas de rabia nos cubren en todo momento,
comiendo nuestro tiempo dando un tanto por ciento,
aprendemos a morir a cambio de nada,
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe tu opinión...