El surco de la muerte se agranda,
entre las flores de la vida sonriente,
semilla amarga, dulce y crujiente,
siempre se asoma por la baranda.
Estalla la falsa modestia,
ruge el grito del amor
para compensar el dolor,
con un "disculpa la molestia".
Lectura de amargura,
escritura con locura,
barbara casualidad
que aparezca la mezquindad.
Agarra un clavo ardiendo,
y vaya usted corriendo,
que la imagen del bien estar,
es algo que puede molestar.
Nuevas flores de frescura,
en sólo y nada más que la pintura,
primavera muerta hace años,
por gustos muy tacaños.
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