Por la mañana. Abrí la puerta y decidí caminar rumbo al Oeste hasta el horizonte, decidido a no parar nunca.
Fui caminando por un sendero durante horas, sin rumbo claro, caminando hasta hacerse de noche, rodeado de montañas verdes que iban siendo oscuras, sólo la luz de la luna me hacía ver, nuevos cánticos acompañaban las estrellas, ruidos que desconocía que podrían existir en la naturaleza, estaba sólo en aquella extraña vida que me encontraba.
Una voz surgió repentinamente como un fantasma hablando en mis pensamientos, daba miedo a la vez que me acogía, decía:
"Cuando se acostumbra a la soledad cada día, la lógica es la compañera hasta la muerte."
Me paralicé, busqué a mi alrededor, no había nadie, solo yo... y la naturaleza que no conocía. Perdido, asustado, desmoralizado porque tenía razón, estaba en soledad en medio de aquello tan inocente hasta esa noche.
Vi un ave rapaz y quise seguirlo, no sé a donde volaba, solo que allá a donde iba quería ir yo, corrí tras él, parecía un águila, ¿de noche? lo perdí de vista, cuando creí que nunca más lo vería, lo encontré, al lado de un árbol grande, estaba encadenado, sujeto a unos grilletes, me acerqué para intentar liberarlo cuando de repente... tropecé y caí, entonces desperté, solo era un sueño.
Era aun de noche, estaba algo nervioso, así que decidí ir al baño a lavarme la cara, pero al mirar al espejo... me encontré que tenía esta mirada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe tu opinión...