Oígame,
usted que no descansa
para escuchar mi voz.
Leame,
que no puede apartar su vista
para ver mis letras.
Míreme,
quieto desde la penumbra
para conocer mis movimientos.
Sepa que,
observador empedernido,
que ignoro quien es usted.
Pero sé que está ahí
haciendo una película,
construyendo una historia sobre... mí?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe tu opinión...